Ayer, mientras cantaba somebody de depeche mode al espejo, me di cuenta de que tengo 16 años. Dentro de un mes vendrán los 17, y sus responsabilidades. ¿Sabes? Es más que curioso porque hacía muchísimo tiempo que no me quedaba mirándome delante de un espejo. Así puse repeat varias y veces, y comprobé mi sonrisa ladeada, cómo sin querer, al final siempre hago una curva con los labios al final de cada palabra. Anoche me conocí un poco más, con el reflejo de una chica de 16 años que quería descansar. Se sentía a gusto cantando esa canción y no le importaba el tiempo. Sonreía, vaya si sonreía. Me di cuenta de que me quiero mucho más de lo que creía, que ya me estoy aceptando, y ahora empiezo a crearme de verdad.
Van a ser 17, y quiero comenzar a hacer la estructura de lo que seré dentro de unos años.
Anoche empecé a recoger de los escombros facetas y gustos que no quería perder.Recompuse todo un cuadro de pensamientos y lo escondí en una esquina de mi amplia memoria.
Cielo, que van a ser 17, ¿no te da impresión? Un poco de vértigo sí, desde luego.
Me preguntabas la edad y dudaba, ¿15? No soy de las que mienten en eso aunque también es verdad que poca gente lo pregunta, así que doy por hecho que aparento tener la que tengo. O que al menos se conforman con sus hipótesis y se abstienen de preguntar.
Van a llegar los 17.
Más responsabilidades.
Voy a ser mayor.
Tengo que mirarme más detenidamente en el espejo más a menudo.Porque hay cosas de ti mismo que se te escapan y descubrí mi mirada y traté de comprender qué pensarían cuando pongo esta cara o esta otra.
Me quiero.
Y por dios, que alguien me regale un espejo nuevo.
