***

Te sustituirán.

Mitos


Lo veía venir,
y
no hice nada para cambiarlo.

Hoy


Cascadas.
Se oye de fondo el sonido de la espuma erosionando las rocas. Una y otra vez.
Cascadas.

Si respiro profundamente ahí están. Como serpientes invisibles acuden a mí y se enroscan entre mis dedos. No las puedes ver, pero yo siento sus escamas rozándome la piel, escalofríos, se deslizan suavemente y se me enredan en el pelo.Los siseos me envuelven.

Cascadas.
Imagino en mi mente flores. Verde en el paladar y encuentro una hoja sobre mi lengua, así se me contagia. Estoy lejos de aquí. Y mastico, una y otra vez, y trago.
Cascadas a lo lejos y naturaleza en mi garganta.
Vuelven a reptar y se enroscan en el aire, buscándome, dibujando sobre el azul círculos que nunca parecen acabar.

Cascadas.

De nuevo, espuma.
Cae sobre mí, y moja mi pelo y desciende hasta mis pies.

Erosióname.

Myma


¿destino?

¿ De qué demonios me estás hablando?
Yo creía que era mentira, no sé, que nadie se tragaba ese tipo de cuentos.
En algún momento de nuestras vidas encontramos un matrix. A mí me llegó entre los 13 y 14 años, cuando empecé a olisquear y a darme cuenta de varias cosas. Una de las opciones que se barajan, y que se ha comercializado a una velocidad de vértigo, ha sido la creencia en el destino. ¿Qué es la realidad? ¿Por qué las cosas son así? ¿Así cómo?
Sí, el momento en el que te das cuenta de que no hay buenos ni malos en sí, sino unos que hacen y otros que deshacen, o simplemente se enfrentan, sin saberlo. Cuando ya no piensas que los animalitos hablan ni que Barbie necesitará un vestido rosa con esos tacones blancosy te dices, espera, ¿ los musulmanes no son todos malos? ¡¿ Que las hamburguesas de Mcdonals están hechas con mierda?!
Como en todo nuevo descubrimiento, pasa por una fase de descomposición. Histeria, negación y aceptación al fin. Aquí es cuando llega matrix y apagas el vídeo (obviamente, por aquel entonces) pensando ¿pero qué...?
De todos modos, van pasando los años y crees que sigues con esa fascinanción, esa inquietud que te conmovía y hacía que sintieras un cosquilleo , ¿ qué es la realidad? ¿en qué se convirtió mi realidad?
Llegaron los sims, y las dudas volvieron. ¿ Quién es Dios? ¿Qué hago yo aquí? ¿ Debo hacer esto, vivo para hacer esto?
Queda un resquicio de todo ese "complot", esa sensación de sentirme observada y ya no permanentemente, pero sí tan de vez en cuando me asaltan de nuevo las dudas.
¿ Quién me dice a mí que yo no salgo en una pantalla?
Destino.
¿De qué me hablas?
Ya no sé qué creer.
Como los demás , supongo.
Todo ocurre.

Góng-o


Dicho y hecho.
El tiempo no mejora y tuerzo el gesto cada vez que compruebo que el paraguas está agujereado. Pero por mucho que lo mire, y por mucho que me queje, soy incapaz de arreglarlo.
Decidí comprarme otro.
No obstante, todavía no lo había hecho.

Es algo normal, salgo a la calle y espero y deseo encontrarme con una luz que me deslumbre, el sol que da vida. Sé que es así, que a veces está y que otras se oculta.
Lo sé yo, como lo saben todos.
Pero en cuanto vuelve, la lluvia, la tormenta y trae tiempos malos consigo, no puedo prescindir de algo con lo que cubrirme y me llega, me arrastra, me caigo.Espero, aunque nunca me gustó hacerlo, tuerzo el gesto y viene el sol.
Vuelvo a sonreír, hasta que comienza a caer agua del cielo.
Mierda, el paraguas.
Mierda, el paraguas.
Mierda, el paraguas.
De qué me sirve tenerlo si no me es útil.
De qué me sirven los días despejados si no los disfruto enteramente porque ando preocupada por el movimiento de las nubes,
y de qué me sirve continuar esperando si no me gusta y puedo cambiarlo.
siempre hago lo mismo.
y el paraguas sigue roto.
ni dicho ni hecho.
no pienso mentir.
todavía se cuela agua por el agujero.