
Eso pasó al final.
Olvidó que debía estar ahí, contigo y se equivocó. Dejó que el tiempo se deslizara y sólo le queda el silencio.
Estancada, llora porque siente odio por dentro.
Por mucho que intenta respirar, sus pulmones sólo se inundan de frío y ahoga sus suspiros entre lágrimas. Sube la cabeza y mira, pero no ve nada. De nuevo mar, se disuelve la realidad en el agua y no es capaz de moverse.
Busca calor y sus manos no le abrazan.
Ni siquiera sus pensamientos le acompañan.
Tiene miedo.
Se arropa en blanco y cuando se calma, duerme.