Qué más da que las nubes se codeen con luces de neón.

Hoy, y quiero dejar bien claro que sólo hoy,estoy dispuesta a soportar el martes 13. Y todo lo que el fatídico día conlleva, que no pasa nada, Paloma, que no pasa nada.
¿Y qué si no todo es como lo habías planeado?¿Y qué si te hicieron daño?Te lo harán,igual que también te harán sentir bien.
Me alejo de la imagen del equilibrio, bien y mal, blanco y negro. Básico pero anticuado. Totalmente prescindible. Aunque todavía pueda pensar sobre el teclado, paralizarme ante la cantidad de letras que se dibujan ante mí,¿en cuáles debo dejarme caer?Creo que hoy es un día señalado, porque ha brotado una nueva sensación, se ha gestado en mí una emoción completamente nueva, que parece componerse de alegrías pasajeras, como un combinado de momentos nostálgicos pero agradables.

Ha conseguido que recupere la intensidad, la intensidad de vivir y eso, es lo más importante.Miro de nuevo el teclado y asiento, porque no tengo una taza de café a mi lado, ni siquiera son altas horas de la madrugada y esto es producto del insomnio. Nada de eso, hoy escribo aquí con el corazón, corazón de nueve y media.Porque, inesperadamente, me siento esperanzada, con ganas de saber, de curiosear, de criticar, de hablar, de discutir, de pensar, de reaccionar, como un niño que tiene ante sí una enorme pelota.
Quiero ser dinámica, moverme, elevarla y sonreír al abrazarla de nuevo, volver a lanzar, allá, hasta arriba, hacia el cielo.Qué más da que las nubes se codeen con luces de neón.

Optimismo, al igual que otros días me encuentro sola, cabizbaja, esperando.
Aunque, claro, todavía queda Penélope. (Deja ya de tejer sueños en tu mente...)


2 comentarios:

gloria dijo...

hola :)
al final, siendo fiel a mis princpios de hacer casi siempre lo contrario de lo que digo, he cambiado el punto final por uno seguido

Laia dijo...

Penélope... que bonita.