Definitivamente:


En realidad , también me seduce la otra cara de la moneda.

El pensar, eh, esta es mi vida y no tengo por qué cambiarla. Es decir, no esforzarme y acabar cediendo, adaptándome a la situación y cobijándome en una rutina que no me llena pero que lo hará en cuanto la tolere. Suena triste, de hecho es penoso, pero el espíritu revolucionario también se consume con facilidad y aunque quiera resistirme y aguantar, cedo. Como todo en esta vida, me acostumbro y me callo.

No piensas y eres todo cuerpo.

Definitivamente, aguantaré hasta morir. Ya no diré "lucharé por mis ideales" ni frases heroicas que te suben el autoestima una milésima de segundo, pero sí me creeré que puedo ser capaz de aceptarme y quererme, que es una de las cosas más importantes que debo de aprender a hacer.No cambiaré el mundo pero tampoco seré sumisa y callada.Nunca se es idependiente del todo, pero trataré de serlo en la medida de lo posible para pensar con claridad, siempre dentro de mi subjetividad, porrr supuestísimo.

Bueno, al menos con estas dos parrafadas he conseguido esbozar una mini sonrisa.

Todavía le queda fuerza a esta rubia tonta para seguir.

Va, quiérete, hazme el favor.

todas las mañanas.


Cabalgo sobre la felicidad más ingenua.Pero a quién le importa, si sólo yo soy consciente de que no hago mal sonriéndome como una tonta.Me levanto por las mañanas con asco de ir al colegio, saludar y fingir que no soy quien soy. Que sigo como siempre, con mi humor de chica que las coje al vuelo pero que otras veces utiliza las tonterías más básicas para ganarse tu respeto. Que continúo en mi línea estudiosa, compaginando mi vida social con sacar unas notas estupendas, puntuaciones altas y demostrando que soy eficaz cuando quiero. Que mi vida también tiene chismorreos, con sus "Jope tía yo de ti le habría dicho que sí" y sus "¿que tú todavía no has...?" y sus paranoias adolescentes, venas rebeldes y cambios de estado de ánimo imprevisibles.Llaman a esto una fase de experimentar, "sí, ya lo verás, esto nos ha pasado a todos". Bien, como ya todo el mundo sabe de lo que hablo, entenderá que me aburro a mí misma.

Es curioso, soy mentalmente activa, pienso constantemente en teorías absurdas que se esfuman a los diez segundos o puedo pasar semanas dándole vueltas a conceptos que me interesan pero aún así, no estoy satisfecha, ya no por un vacío, sino por una solución. Me falta el resultado de este proceso de experimentación, que quizás no haya acabado, pero tengo la sensación de que sí lo ha hecho y que puedo avanzar de otra forma.

Avanzar, no tropezar con 15 años.

No soy capaz de cambiar mi mundo cada mañana y , joder, cómo me gustaría.

Principio.


Piensa en los miles de millones que hay en este mundo, que se matan y que se mueren cada día. Bien, ahora sonríe al no ser uno de ellos, disfruta de la gran sastifacción que te brinda el mero hecho de poder compararte y calificarte como alguien afortunado.Sutilezas las justas.Odioso es vivir en un mundo así, donde los hombres deben estar deprimidos o dominados para que necesiten expresarse con arte. Y luego son recordados como borrachos, como sordos, como ciegos, como locos.

Aquí estoy yo, sonriéndome y recordándome que nunca seré una artista. Porque mi arte es para mí, y el anonimato es delicioso y aunque tuviera la brillante oportunidad y casi imposible de ganarme el respeto de mucha gente y poder expresar lo que pienso, acabaré corrompida. Me volveré una palurda sin seso y todos me sonreirán mientras ven con placer cómo se muere mi cerebro. Soñarán con el entierro de mi éxito y destrozaré lo que soy.

Aunque vaya, jamás seré famosa, ni siquiera tengo la actitud porque puedo llegar a ser ambiciosa, con principios flexibles e interesados pero aún así siempre hay una estructura que jamás temblará.

Soy afortunada, me tengo que repetir.

Lo soy, lo soy.