Definitivamente:


En realidad , también me seduce la otra cara de la moneda.

El pensar, eh, esta es mi vida y no tengo por qué cambiarla. Es decir, no esforzarme y acabar cediendo, adaptándome a la situación y cobijándome en una rutina que no me llena pero que lo hará en cuanto la tolere. Suena triste, de hecho es penoso, pero el espíritu revolucionario también se consume con facilidad y aunque quiera resistirme y aguantar, cedo. Como todo en esta vida, me acostumbro y me callo.

No piensas y eres todo cuerpo.

Definitivamente, aguantaré hasta morir. Ya no diré "lucharé por mis ideales" ni frases heroicas que te suben el autoestima una milésima de segundo, pero sí me creeré que puedo ser capaz de aceptarme y quererme, que es una de las cosas más importantes que debo de aprender a hacer.No cambiaré el mundo pero tampoco seré sumisa y callada.Nunca se es idependiente del todo, pero trataré de serlo en la medida de lo posible para pensar con claridad, siempre dentro de mi subjetividad, porrr supuestísimo.

Bueno, al menos con estas dos parrafadas he conseguido esbozar una mini sonrisa.

Todavía le queda fuerza a esta rubia tonta para seguir.

Va, quiérete, hazme el favor.

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