Góng-o


Dicho y hecho.
El tiempo no mejora y tuerzo el gesto cada vez que compruebo que el paraguas está agujereado. Pero por mucho que lo mire, y por mucho que me queje, soy incapaz de arreglarlo.
Decidí comprarme otro.
No obstante, todavía no lo había hecho.

Es algo normal, salgo a la calle y espero y deseo encontrarme con una luz que me deslumbre, el sol que da vida. Sé que es así, que a veces está y que otras se oculta.
Lo sé yo, como lo saben todos.
Pero en cuanto vuelve, la lluvia, la tormenta y trae tiempos malos consigo, no puedo prescindir de algo con lo que cubrirme y me llega, me arrastra, me caigo.Espero, aunque nunca me gustó hacerlo, tuerzo el gesto y viene el sol.
Vuelvo a sonreír, hasta que comienza a caer agua del cielo.
Mierda, el paraguas.
Mierda, el paraguas.
Mierda, el paraguas.
De qué me sirve tenerlo si no me es útil.
De qué me sirven los días despejados si no los disfruto enteramente porque ando preocupada por el movimiento de las nubes,
y de qué me sirve continuar esperando si no me gusta y puedo cambiarlo.
siempre hago lo mismo.
y el paraguas sigue roto.
ni dicho ni hecho.
no pienso mentir.
todavía se cuela agua por el agujero.

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