retro-visión

Quizá sólo buscaba el tacto de una flor.

O quizá no. Lo que sí es seguro es que no lo encontró. Pasaron los días, las noches y los azules.Se soprendió, de repente. No recordaba haber vivido aquello antes. ¿Antes? preguntó él. Ella bajó la mirada, azorada. Sí sabía contestar, sí tenía las palabras en el paladar pero dejó que su veneno permaneciera en su piel. No lo entendería, o mejor dicho, no querría entenderlo. Pestañeó y volvió a encontrarse con su mirada gris. Él creyó entenderla y dio un vuelco a la conversación. Sin duda, ella fue capaz de fluir a través de sus preguntas y volvió a mostrarse cariñosa, simpática, agradable.
Y receptiva, eso siempre. Aprovechó un silencio para sonreír y darse por satisfecha, al segundo, se reencontró con él.
Y continuó tras la máscara. Envenenada. Él no querría saberlo, él no querría conocerla. Ni siquiera saber qué pensaba. Como siempre, se idignó ella.

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