Rutinas intercaladas

Recordaba hoy en el autobús a mi padre diciéndome "tienes una actitud muy pueril".No puedo evitarlo, en seguida, en mi cabeza visualizo a puerco boca abajo retorciéndose, moviendo deliberadamente sus patas rechonchas.Es pueril, de puerco. Y cómo voy a tomar en serio una crítica que me está llamando algo así como cochinillo en apuros.Sí, como el efecto de un Gregor Samsa que al querer levantarse por la mañana sólo mueve sus minúsculas patitas, sufriendo. Así que, me dice "pueril" y no puedo evitar convertirme en un torpe animal que no sabe ponerse sobre sus patas y emite un chirrido de lo más desagradable porque no puede echarse a llorar.


Me reía, en el autobús. Porque era como juntar la matanza del cochinillo con la metamorfosis de Gregor, como crear una simbiosis entre la muerte y la opresión, la debilidad, la impotencia.
¿Sabes estas relaciones de ideas A y B que sólo tú conformas en tu mente? Es curioso, alguien puede leer esto y no encontrarle ningún sentido.
Pero a mí me ha hecho gracia el deshilachar de alguna manera mis reacciones, los resortes que se me disparan. Detesto la actitud puertil y la palabra en sí.Pero he encontrado la manera de contrarrestar esa aprensión y vincularla a una imagen de lo más cómica.
Y es que en la imaginación, todo vale.

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