36

Vivir con los ojos cerrados no es más fácil.
Soñabas con despojarte de cualquier materialismo que pudiera colarse entre tus sentidos, cualquier distracción que contaminara tu mirada, pero ni siquiera los sentimientos que deberían desbocarse en tu interior cuando cerraras los ojos serían naturales. Ni te transportarías a mundos paralelos, ni seguirías un instinto, que ya se quedó perfectamente taponado hace tiempo. Nos hemos acostumbrado a pisar suelo y a desplegar unas alas ficticias que apenas gozan de la capacidad sensorial de nuestra piel. Injertos. Estamos desmembrados. Siento y no es más que una interpretación ya preparada, que se desencadena a través del sistema de automatismos que se configuran en mi mente. Así, valoro, actúo y ejecuto como acostumbro, con la razón, o lo que llaman razón entumecida, distorsionada. Los mismos límites que se establecieron para evitar la guerra de todos contra todos ahora son los que nos encierran. Pero es que, Paloma, no queremos vivir como animales, queremos una vida digna, un respeto por los derechos, una defensa sólida hacia la libertad del individuo. Queremos convivir. Me cansé de la ficción y quiero, ahora, volver a la realidad. Y con un suave toque de varita, despertar.

No hay comentarios: